Hay voces que son inmortales: la del mar sobre la playa, la del viento entre los árboles, la de la lluvia en la noche... Las oyeron nuestros abuelos y las oirán nuestros nietos. Nuestra voz y nuestro recuerdo se apagan pronto y se olvidan.
También son diferentes cada vez: todos los días hay un amanecer diferente, el viento nunca sopla igual de frío y el sol parece que calienta más unos días que otros... Todo esto se olvida de un día para otro, pero el recuerdo de nuestros padres y el desvelo por nuestros hijos se renueva mientras vivimos, y esto, aunque no sea eterno, es mucho más fuerte por que está lleno de amor.
También son diferentes cada vez: todos los días hay un amanecer diferente, el viento nunca sopla igual de frío y el sol parece que calienta más unos días que otros... Todo esto se olvida de un día para otro, pero el recuerdo de nuestros padres y el desvelo por nuestros hijos se renueva mientras vivimos, y esto, aunque no sea eterno, es mucho más fuerte por que está lleno de amor.
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