Siente lástima por los que sufren y lucha por defenderlos y ayudarlos. La anciana solitaria podría ser tu madre; el niño maltratado, tu hijo; el hombre sin trabajo y sin esperanza, tú mismo.
Si te callas ante las injusticias, serás cómplice de los injustos. Si te callas ante los robos, serás cómplice de los ladrones. Si te callas ante los asesinatos, serás cómplice de los asesinos.
Cuando se trata de elegir compañera o compañero para nuestra vida, la mejor cualidad de una persona no es siempre la belleza ni la inteligencia, sino el sentido del humor.
Guarda como un tesoro los recuerdos de tus días de juventud, porque ellos serán las brasas que calentarán las frías noches de tu vejez.
Si no hubiera tantos cobardes, los malvados no podrían hacer tanto daño. Desprecia por igual a unos y a otros.
A la orilla del desierto, sobre un triste árbol desnudo, un pájaro canta su canción de amor. Nadie lo escucha, nadie lo aplaude. Pero él sigue cantando.
Entre las horas que tiene el día reserva unos instantes para agradecer el milagro de estar vivo. Te llenará de paz comprobar que tu corazón late al mismo ritmo que el resto del Universo.
Quien no olvida el mal que le han hecho es prisionero de su dolor y mantiene vivo su sufrimiento. Quien olvida se limpia las lágrimas y puede volver a sonreír.
La mejor herencia es el recuerdo en el corazón de los que has amado.
Sé feliz siempre, en los días nublados y en los días de sol, en las horas de fiesta y en las de aburrimiento, cuando estés acompañado y cuando estés solo, porque la felicidad está en el corazón y nadie te la podrá quitar si tú no quieres.
Muchas veces el amor más intenso, corrompido por los celos, se convierte en odio.
Sé amable y afectuoso con todos, incluso con los que no se lo merecen. Hoy está lloviendo para todos, buenos y malos, creyentes e incrédulos, trabajadores y parásitos; y mañana también saldrá el sol para todos.
El diseño del cuerpo humano muestra el orden de las facultades que deben regir nuestra vida. En lo más alto, el cerebro, con la inteligencia y la razón; debajo, el corazón, con las pasiones y los sentimientos; y más abajo aún, el sexo, con la búsqueda del placer sensual. Si cambiamos el orden y colocamos alguna facultad en un lugar que no le corresponde, posiblemente nos equivocaremos y tendremos que sufrir las consecuencias.
No te hagas esclavo de nada ni de nadie. Si dejas que los vicios, las pasiones, los sentimientos o las personas manden sobre ti, habrás perdido tu libertad y, por lo tanto, tu dignidad.
Si el amor que sientes es verdadero, siempre quedará una brasa ardiendo entre las cenizas, una estrella brillando en la oscuridad, una nota mágica vibrando en el silencio, un recuerdo revoloteando en el desierto del olvido.
El futuro no está escrito de antemano, lo escribimos nosotros cada día con nuestras acciones, con nuestros impulsos, con nuestras negligencias y hasta con nuestros pensamientos. No culpemos a los dioses si al final no todo es como lo habíamos imaginado.
Aunque algún día lo pierdas todo, no dejes que te arrebaten los sueños. En ellos está lo mejor de ti y la imagen de lo que puedes llegar a ser.
Dios nos creó para ser felices y para hacer felices a los demás. Son afortunados aquellos que encuentran su felicidad en buscar la felicidad de los otros. Los llamamos santos.
No hay dolor más grande que comprobar el desamor de la persona que más quieres.
¿Vas a Misa y no te conmueven los problemas de los demás? ¿Participas en las procesiones y pasas de largo ante los que te necesitan? ¿Tienes carnet de cristiano y no te juntas con los marginados, los pobres o los pecadores? Plantéatelo en serio, porque estás enturbiando la imagen de Dios ante el resto del mundo.
No merece ser feliz quien no se esfuerza en hacer felices a los demás.
En el centro de todas las cosas bonitas de la vida está el amor. Sin él no se entiende nada y nada tiene sentido sin él.
Guardemos el recuerdo de nuestras horas de alegría para que nos parezcan menos amargos los días de tristeza.
Deja que los perros ladren y que las nubes se amontonen en el horizonte. Tú sigue tu camino sin dejarte asustar. El triunfo es el premio de los valientes.
No hay música más hermosa que el silencio para quien quiere escuchar la voz de su alma.
Un solo instante de amor verdadero compensa los largos días pasados en el andén de la esperanza.
La belleza (de la Naturaleza, de las personas, de las artes...) ilumina las penumbras inevitables que acechan en los recodos de la vida.
Dichoso tú si con tus ocurrencias haces reír a los demás. La alegría es una obligación para todos, y más para un cristiano.
A todo el mundo le gusta el campo, menos a los que están obligados a trabajar en él.
Ante lo limitado de nuestra inteligencia y de nuestra capacidad de conocimiento, lo sensato no es considerarnos superiores y dejar de creer, sino creer más en quien sabe más que nosotros.
Abre las puertas de tu corazón solamente a quienes merezcan vivir ahí para siempre.